Soñando...

Una vez soñé con un hombre calvo que me miraba con ojos inquisidores, ahora veo su cara un poco difuminada, y lo cierto es que no me daba ningún miedo, claro que él no sabía que no tenía nada que contarle, que no soy de esos que guardan secretos especiales.

Una vez soñé que conocía a una chica morena con delantal que hacía galletas, pero solo recuerdo una caja azul en mi mochila y mis pies al pedalear de vuelta a casa en una bicicleta de esas antiguas y bastante mal engrasadas.

Una vez soñé que mi vida era completamente distinta, tenía otra familia, otros amigos, otra profesión,...otra vida, pero sin embargo, creo que seguía teniendo el mismo cabello infantil y despeinado.

Otra vez soñé que me comía una boca, era una de esas bocas que por casualidad se sientan en la fila correcta, era una boca fantástica, con labios carnosos y delicados, con una blanca sonrisa y un entreabierto por el que pensaba que podría colarme sin demasiados problemas. Tenía un labio superior arrogante, uno inferior perspicaz y unas comisuras en paz, como si esa boca hubiese silbado largo rato antes de sentarse. Lástima que ese día estuviese de lo mas despierto.